domingo, 22 de noviembre de 2009

martes, 20 de octubre de 2009

Nana Yoyolo en vivo/live

Miércoles 21 de octubre 10:00 (Hora de la Cd. México)
Wednesday October 21 st 10:00 (Mexico City time)

www.planeta2013.net

jueves, 23 de julio de 2009

Málika Angela González escribe sobre Nana Yoyolo

"Con dulzura, Macuil y Margarita dan voz al abrazo de la Fuente de toda existencia, que la humanidad conoce por tan variados y gloriosos nombres. Así, cuando el anhelo de Nana Yoyolo queda en libertad, se aventura hacia nosotros llamando a la puerta de los corazones. Su canto, al igual que el amor, no se detiene en diferencias. Nos convoca, nos arrulla, nos acaricia, nos recuerda nuestra compartida condición de navegantes y la común pertenencia al mar."

domingo, 19 de abril de 2009

martes, 10 de marzo de 2009

martes, 24 de febrero de 2009

Entramos en la etapa final

Joseph,
Joseph,
Joseph...


¡Cuídanos mucho!

martes, 3 de febrero de 2009

También queríamos bailar...


A completarnos el tumbao llegó Omar...
¡Qué rico!

domingo, 26 de octubre de 2008

¿Por qué cantas?


Cantas porque la gratitud se desborda y se hace sonido,
Te hace sonido.

viernes, 29 de agosto de 2008

Otra dimensión


¡Abdullah Muzaffer! ¡Cuánto nos has enriquecido!
¡Cuánta sencillez en el dar!
¡Teníamos un canto y tú nos lo volviste un mundo!

martes, 26 de agosto de 2008

Veo, veo... ¿qué ves?

---Háblenme de la música ---dice Ahmed Zahir---.
Y apenas hemos dicho tres palabras, cuando él ya ha escuchado suficiente.
Tiene lo que necesita. Nos ponemos en sus manos.


¿Qué es lo que miras cuando me ves?
¿Qué es lo que ves, cuando me escuchas?
¿Qué es lo que escuchas, cuando me miras?

No nos habían amado así, con una cámara fotográfica, nunca antes.

jueves, 14 de agosto de 2008

Otros ojos, otros oídos

Alguien más puede hacer la música que escuchas en tu mente; alguien más puede pintar los cuadros que ves con el corazón.

Invitas. Aceptan.

Chatran te devuelve el beat que imaginaste. Y más.

Ali te entrega el color.

A la mesa se van sentando más corazones. Cada uno aporta un plato distinto, mientras se alimenta de los platos que tiene alrededor.

viernes, 25 de julio de 2008

¿Por qué cantas?




Cantas porque recibes
y recibes y recibes el Amor.
¡Feliz cumpleaños, Margarita!

jueves, 24 de julio de 2008

¿Cómo escucho?

¿Cómo escucho a los demás?
Como si todos fueran mi maestra,
diciéndome sus últimas, preciadas palabras.
Shams-ud-din Muhammad Hafiz
Llegas tú.
Bendices la casa, la música, el aire...

jueves, 17 de julio de 2008

Lluvia de verano


Te comes una torta y media de pavo y un refresco, a unos cuantos metros del estudio. Miras llover, muerdes y masticas las cuentas... tanto para la diseñadora, tanto de la maquila...

Ya estás en eso. La música se hizo. Ahora hay que vestirla, empacarla, explicarla, para que otros puedan recibirla. Lo que la música quiere es un oído. Lo que Todo anhela es ser recibido.

viernes, 6 de junio de 2008

¡La sorpresa!


¡Vas!

No tienes idea de cómo puede evolucionar en otro ser aquello que le ofreces.

Le dices: "Haz lo que quieras con esto", porque quieres que salga a jugar contigo.

¡Y él agarra la pelota y se va corriendo con ella!
¡Ey! ¿A dónde vas con eso?

Hoy escuchamos en el estudio de Bishop un canto devocional sufi que no se parece a nada que hayamos escuchado antes.

¡Braaaaaaaaavo!
Todavía nos resuena en la cabeza.

viernes, 25 de abril de 2008

¡La alabanza es para la Fuente Única del Ser, quien guía hacia el bienestar!

Oramos por todos los seres humanos que han sufrido accidentes en la carretera hacia el aeropuerto de la ciudad de Monterrey y sus seres queridos. Nos postramos en agradecimiento porque Nur Issa Matías está sano y salvo.

domingo, 13 de abril de 2008

¿Cómo le haces para grabar un disco ecléctico de música devocional? (3a.)


Te das tiempo para conmemorar los ciclos de la vida.
Partes cuánto pastel haya que partir y cantas todas las mañanitas que haya que cantar.

¡Feliz cumpleaños, Macuil!

lunes, 7 de abril de 2008

¿Cómo le haces para grabar un disco ecléctico de música devocional? (2a.)


En algún momento te detienes, guardas silencio y la música queda en manos de alguien más. Se acerca la primavera. Amas, trabajas, estudias... cuidas de otros y otros cuidan de ti. Se te reseca la garganta. Vas metiendo los pies en el abril más caluroso de los últimos cien años. Y un lunes por la mañana, te sientas nuevamente a escuchar.

miércoles, 6 de febrero de 2008

¿Cómo le haces para grabar un disco ecléctico de música devocional?

En esas andamos... Comenzamos la grabación formalmente a finales del año pasado. Ahora tenemos ante nosotras un nuevo camino que se abre, poco a poco, hacia la posibilidad de compartir con otras personas la música que hacemos, de una manera diferente.
Tenemos la intención de contar aquí parte de nuestras experiencias durante el proceso de grabación.

I.

"Primero un buen amigo, luego un buen camino", dice el refrán...
Agradecemos tener compañeros con quienes hacer música y con quienes vivir la vida.
Su presencia nos inspira y nos da seguridad.
Todo se hace más liviano y se enriquece, gracias a la colaboración de los amigos que van llegando.
Ellos están haciendo sonar lo que soñamos.


lunes, 17 de septiembre de 2007

"Yo no estoy aquí por mí / yo no estoy aquí por ti".* Fusión y devoción. Nuevos contextos de la música tradicional.

Apuntes sobre la vida y obra de Alfredo Ponce.

[Esta es la ponencia que presentamos en el III Foro Internacional
de Música Tradicional y los Procesos de Globalización, 14/09/07.
Les debemos la música, por el momento... ]


Un joven británico va en busca de un maestro de cítara a India.
Uno de los músicos hindúes más grandes de todos los tiempos lo recibe, no sin cierto recelo inicial, y acepta enseñarle un par de cosas. Conforme hacen música y transcurren las horas, los dos hombres se van reconociendo, más allá de las diferencias culturales y generacionales.
Entre ambos ocurre “una explosión”. Eso diría, años después, Ravi Shankar, refiriéndose a su encuentro con el integrante de los Beatles, George Harrison.

La cítara, desarrollada en su forma actual durante el siglo XVIII, pero cuyos orígenes pueden ser rastreados hasta los textos sagrados de los Vedas, era un instrumento consagrado a la música clásica indostánica. Durante la segunda mitad del siglo XX, de la mano de una cultura popular que se difundía alrededor del planeta a través de los medios electrónicos de comunicación, la resonancia de este instrumento fundacional de la cultura humana comenzó a ser escuchada masivamente, fuera del ecosistema espacial y temporal en el cual se había originado.

Recordemos el sonido de ese encuentro.

[Pista 1 (Fragmento): The Beatles, Within you without you; George Harrison, compositor e intérprete; Sgt. Pepper´s Lonely Hearts Club Band (1967)].

Podemos abordar el tema de la globalización desde múltiples ángulos. Nosotras, aquí, para hablar de los procesos de globalización y la música tradicional, queremos hablar en términos de la “experiencia global de unicidad humana”. (1)

Una monja budista construye una escuela en Nepal.
Guiada por su maestro, Tulku Urgyen Rinpoche, Ani Chöying Drolma prontamente ocupó el servicio de cantante principal en el monasterio de Nagi Gompa, en Nepal. Tomó los hábitos buscando, según ella misma cuenta, una vida distinta a la de su madre. “Pensé: yo no quiero
esa vida, esa vida que parece estar ya construida para mí: casarte, tener hijos, estar triste.” (2) Y fue en voz de su propia madre que escuchó por primera vez que existía para ella la opción de hacerse monja.

Cada mañana ---cuenta Chöying Drolma---, tenía que formarme
en una fila para comprar la leche, y siempre me daban 15 paisa de cambio. Yo volvía a casa y metía el dinero en un jarrito de barro, como si fuera un cochinito. Un día rompí el jarro y saqué todo lo que tenía. Huí de mi casa y me fui a ver a Jamgon Kongtrul Rinpoche, un maestro budista. Le ofrecí un pañuelo ceremonial y mi dinero y le dije: Quiero ser monja. Había otros monjes allí. Al principio, todo se rieron, pero finalmente él comprendió que yo hablaba en serio. Tenía mucho valor para mi edad; era muy terca. El me cortó el cabello y me dio los preceptos, Yo tenía unos diez años de edad. Él me dio mi nombre budista, Chöying Drolma. (3)

Al concluir su formación monástica, Chöying Drolma se dio a la tarea de fundar una escuela para monjas, donde las aspirantes pudieran recibir una educación más profunda y más integral que la que se impartía hasta entonces en los monasterios budistas tradicionales para mujeres. Así nació el proyecto de la Escuela Arya Tara y la Fundación para el Bienestar de las Monjas de Nepal.

Durante la década de los 80, Steve Tibbets, quien ya había adquirido cierta fama como guitarrista en su país natal, Estados Unidos, decidió dejar de realizar presentaciones públicas y se dedicó de lleno a atender las necesidades que le planteaba su propio desarrollo espiritual. Realizó una serie de viajes al Tibet. En 1994, conoció allí a Chöying Drolma. De ese encuentro, nacieron dos producciones discográficas y varias giras por Estados Unidos y Europa. El dinero que se recauda de todas estas actividades sirve para financiar la Escuela de Arya Tara.
Este es el sonido de ese encuentro.

[Pista 2 (Fragmento): Chöying Drolma y Steve Tibbets, Palden Rangjung; Selwa (2004)].

“La experiencia global de unicidad humana” es materia esencial de todas las tradiciones sagradas. Uno de los místicos de la humanidad en el siglo XX, el Sheij Nur Al-Anwar Al-Yerraji,
a quien volveremos más adelante, nos habla de este tema, de la manera siguiente:

No debemos poner nuestra atención en las diferencias que hay entre las formas, sino en la experiencia global de unicidad humana que gradualmente se está intensificando, y que refleja la Unicidad de la Realidad. Todas las tradiciones sagradas predicen y esperan este despertar (…) Nuestra humanidad perfecta (…) es la Zarza Ardiente a la que cada uno de nosotros se aproxima ahora, tal como el noble Moisés se aproximó a las llamas vivientes en el valle de la revelación. Este drama de encontrarnos con nuestra propia humanidad perfecta no ocurre actualmente en lugares especiales de oración ni en la interioridad secreta, sino en la vida entera de la civilización planetaria. (4)

[Pista 3 (Fragmento): Nusrat Fateh Ali Khan y Eddie Vedder, The Face of Love; D. Robbins, N. Khan, compositores; Banda Sonora de la película Dead man walking (1995)].

¿Qué es la vida sin Amor?
Ahora que han venido a este mundo
Ámense, ámense unos a otros

Mira a los ojos el rostro del Amor
Mira en sus ojos
¡Ay! Allí está la paz
No, nada muere, dentro de la pura luz (5)

La poesía y la voz de Nusrat Fateh Ali Khan, amado cantante de quwwali, la música tradicional del misticismo islámico en su expresión paquistaní, y Eddie Vedder, el líder de la banda Pearl Jam. Juntos, bajo la producción de Ry Cooder, crearon esta fusión para la banda sonora de la película Dead man walking, una cinta basada en la vida de la religiosa Helen Prejean, y su lucha contra la violencia institucionalizada en Estados Unidos. (6)

Podríamos seguir degustando distintas manifestaciones sonoras de este Gran y Único Encuentro Humano, según se ha ido intensificando alrededor del planeta en las últimas décadas. Hemos tomado, hasta aquí, algunos ejemplos donde las expresiones musicales tradicionales de los universos sagrados del Hinduismo, el Budismo y el Islam se mezclan con la música popular británica y estadunidense (que podríamos llamar tradicional también, dentro de su propio contexto), fuera de sus territorios físicos de origen. Aquello que anima, literalmente, estas mezclas, el alma que en ellas se manifiesta, es el signo de nuestros tiempos: seres humanos reconociéndose unos en otros, desde la diferencia y más allá de la diferencia. Creemos que en este nivel de la conciencia humana, el nivel donde se manifiesta la música y se funde con la devoción, se dan procesos de globalización trascendente. Esa es la música que acompaña el viaje del alma humana en el tramo que atestiguamos hoy, a principios del siglo XXI.

[Pista 4 (Fragmento): El árbol de Muhammad; Duja Al Yerraji / Margarita Martínez Duarte, compositora e intérprete; Hanif (1995)].

En México, como en cualquier otro país, la globalización trascendente también ha tenido su manifestación musical. Escuchamos un corrido compuesto e interpretado por Margarita Martínez Duarte, a la manera tradicional de la época de la Revolución mexicana. El requinto, sobre todo, es bastante característico del estilo de esos tiempos. Este corrido se llama El árbol de Muhammad y se canta, una parte, en español y otra en árabe. El contenido expresado en la letra encarna una de las formas tradicionales de oración en el Islam, conocida como salawat (salutaciones de Paz y bendiciones que se envían al alma del Profeta). ¿Cómo se nombra esta música? ¿”Corrido islámico”?

En la música devocional que se canta hoy alrededor del planeta, detrás de todas las definiciones y etiquetas posibles, están las historias de los encuentros entre seres humanos que se han reconocido mutuamente desde su diferencia, en busca de una Verdad mayor a la de sus propias circunstancias individuales y relativas. A partir de esa búsqueda, estos seres humanos reorientan sus vidas.

¿De qué estamos hablando? Estamos hablando de la búsqueda del “Despertar”; la “Iluminación”; la “sumisión consciente a la Única Fuente del Ser”; “la Realización”... Cada universo sagrado ofrece términos distintos para la misma vivencia. Y sin embargo, nombrar así, sin precisiones, puede resultar en la dilución de la experiencia misma que se quiere nombrar.
No sabemos qué pensar acerca de algunas de las cualidades diluyentes que percibimos en los procesos de globalización. ¿Será preferible tener una poquita más de Iluminación, por así decirlo, pero compartida por muchísimos millones más de seres humanos, que la incorporan en su cotidianeidad, de la manera que sea, así sea como artículo de consumo (hasta donde pueden ser conscientes de ello)?

¿Qué tanto importa esto? ¿Habremos de pensar siempre en términos de algo que se enriquece en favor de algo que se empobrece?

No lo sabemos. Pero somos optimistas. Y si hay un rasgo que adivinamos detrás de las nuevas fusiones musicales de la globalización trascendente, cuyos procesos hemos querido abordar aquí, ese rasgo es, ante todo, el optimismo hacia la condición humana.

[Pista 5 (Fragmento): El camino de Santiago; Alfredo Ponce, compositor e intérprete; Trova celeste, grabación y compilación
de José Ramos (1992)].

Un hombre recorre el Camino de Santiago… A los 36 años de edad, Alfredo Ponce peregrinaba por el Camino de París a Santiago de Compostela. Viajaba como parte de una caravana de danzantes concheros de la Mesa del Santo Niño de Atocha. Liderados por los Capitanes Faustino Rodríguez, Andrés Segura, Ernesto Ortiz, María Robles y Dolores Ortiz, que en Paz descansen, su intención era realizar el recorrido danzando de París a Compostela. Y así ocurrió.

Antes de conocer la danza conchera, antes de la peregrinación que transformaría completamente su vida, Alfredo Ponce, según nos cuenta, jamás sintió la sed de buscar un camino espiritual. Se entendía a sí mismo como un ateo y estaba conforme con esta visión. Durante su infancia, no recibió una formación espiritual claramente dirigida, ni hacia el catolicismo ni hacia las tradiciones indígenas; al menos, no una que él recuerde conscientemente le hiciera mella.

A finales de los años sesenta, obtuvo una beca para estudiar Comercio Exterior en Polonia, e Informática y Economía Agrícola en Inglaterra. Después de pasar seis años fuera de México, volvió al Distrito Federal y ocupó un puesto de Subdelegado General, en la Delegación Cuauhtémoc.

Corría entonces el año de 1972. La Plaza de Tlatelolco permanecía cercada con alambre de púas, desde 1968. Era necesario reabrirla, pero ¿cómo? ¿Cuál podría ser el motivo que volviera a convocar a las almas en ese sitio?

El subdelegado de la Cuauhtémoc fue a hablar con el cura de la Iglesia de Tlatelolco para hacerle precisamente esa pregunta. La sugerencia del Padre fue: reabran la Plaza en julio, con la danza al Señor Santiago.

Fue así como Alfredo Ponce escuchó por primera vez hablar sobre la danza conchera con mayor profundidad; supo un poco más acerca de la historia de la danza y de su significado; trabajó para organizar la primera danza con la que se reabrió la Plaza de las Tres Culturas y, sin embargo, no la presenció. Fue tiempo después, durante su participación en la película Cuando Pizarro, Cortés y Orellana eran amigos, de Gilberto Macedo, cuando su encuentro con la danza tomó forma y echó raíces.

[Pista 6 (Fragmento): ¡Querida Anáhuac!; Alfredo Ponce, compositor e intérprete; Trova celeste, grabación y compilación de José Ramos (1992)].

Alfredo Ponce llegó a la danza con un camino ya recorrido en la música. Esta es el recuento de ese camino, en sus propias palabras:

Mi encuentro con la música comenzó en mi casa, con mi madre, que siempre fue maestra de teatro y danza en las Escuelas Normales rurales del país. Nunca estudié música [formalmente], porque quería ser ingeniero. Ya estando en Europa, en Polonia, hubo necesidad de organizar unas brigadas culturales para presentarnos en las fábricas y lugares públicos. Nos juntamos gente como de cincuenta países. Yo no tenía guitarra, pero un buen amigo boliviano me la prestaba y cantaba boleritos y uno que otro huapango. Ya en Londres, nunca me llegó la beca prometida y encontré un restaurante, “El mexicano Taberna”. Ahí conocí a un gran guitarrista, Luis Sebastián, que me enseñó ritmos latinoamericanos. Comenzaba el rock y nosotros hacíamos un programa de radio en la BBC, (que se llamaba) “On the Latin Beat”, siempre cantando lo nuestro, ya un poco más elaborado, pues Luis era hijo de un gran guitarrista de flamenco, compañero de Sabicas, uno de los grandes de ese género. Ya de regreso en México, años 70, cuando dejé la burocracia, empecé a trabajar como tramoyista en el teatro de Xalapa, Veracruz, donde ensayaba el Conjunto Típico de la Universidad Veracruzana. Ahí conocí la jarana y el género sonero. Me prestó una jarana Andrés Barahona, gran músico y laudero, graduado en La Sorbona de París. Y de ahí pa´l real [sic]. Organizamos el Primer Encuentro de Jaraneros en Tlacotalpan, Veracruz, hace 28 años. Empecé a tocar con diferentes agrupaciones. Organizamos la Sonora Chumayea… y aquí andamios [sic]. Todo eso fue antes de entrar en la danza. (7)

[Pista 7 (Fragmento): Decires; Texto de Rodolfo Usigli; Arreglo musical e interpretación, Alfredo Ponce; Jaranas en movimiento: Poesía viva (ca. 2001)].

En el caminar de este danzante y músico mexicano, ocurriría en 1986 otro encuentro determinante. Siguiendo la guía de su maestro, el Gran Sheij de la Orden Sufi Halveti Yerraji de Turquía, Muzaffer Ozak, visitó México, por primera vez, Nur Al-Anwar (cuyas palabras citamos al comienzo de esta ponencia). Sus anfitriones en la visita fueron precisamente los danzantes de la Mesa del Santo Niño de Atocha.

Cuando el Sheij Nur entró en la casa ---cuenta Alfredo Ponce---, entró un tornado de luz que nos dejó estupefactos por la claridad de su presencia. La Danza del Sol se encontró con la Danza de la Luna. (8)

[Pista 8 (Fragmento): Casida de la rosa; Arreglo musical e interpretación, Alfredo Ponce; Jaranas en movimiento: Poesía viva (ca. 2001)].

Cuando el sufismo islámico se encontró con la tradición de la danza conchera, ese encuentro también tuvo una reverberación musical.

Hace veinte años se abrió la casa de la Orden Sufi Halveti Yerraji en México y, a partir de entonces, han llegado hasta ahí cientos de personas, buscando saciar la sed espiritual. Algunas de estas personas han sido músicos que han expresado su devoción a través de su oficio, dándole nuevas formas y nuevos contenidos.

En el caso de Alfredo Ponce, el entrecruzamiento del camino de la danza y el Islam, significó también la fusión de la música tradicional mexicana y latinoamericana con la música tradicional turca y árabe; el español con otras lenguas, en fin… la experiencia directa de dos universos sagrados se expresó en la suma y la fusión de signos y formas culturales.

Alfredo Ponce contempla los procesos de globalización desde el punto de vista de la evolución del alma humana. Según él nos dice, parafraseando a su maestro, el Sheij Nur Al-Anwar, los procesos de globalización han ocurrido en tres tiempos:

Primero fue la Primera Alianza, con el Profeta Noé. Esa fue la primera globalización. Después vino la Segunda Alianza, con el Profeta Jesús. Ahora estamos viviendo la Tercera Alianza, una era de renacimiento espiritual, en la que florecerá la luz. (9)

En veinte años, Alfredo Ponce ha compuesto numerosas canciones devocionales que expresan su experiencia de los universos sagrados que ha sido llamado a recorrer. Para concluir esta intervención queremos compartir con ustedes el Azzan, el llamado a la oración del Islam, en la voz de Alfredo Ponce, tal como se ha escuchado incontables veces en la Mezquita de la Luz, a unos minutos de donde nos encontramos, en la Colonia Roma.

El llamado a la oración del Islam se canta cinco veces al día, anunciando los cinco momentos establecidos ritualmente para el encuentro consciente del alma con su Fuente. Aunque las palabras que se cantan al hacer este llamado son siempre las mismas, básicamente, la forma varía muchísimo, dependiendo de los países y las culturas. Esta es el sonido que nació aquí, en México.

[Pista 9: Llamado a la oración del Islam; Voz de Alfredo Ponce; grabación de campo.]

Agradecemos a los organizadores el haber convocado a este Foro y el habernos invitado a participar.

Muy especialmente, agradecemos a Alfredo Ponce el haber compartido con nosotros sus experiencias, permitiéndonos explorar, a través del ejemplo de su propia vida, los movimientos musicales del alma universal.


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Notas:
* Versos de Dulce madre primorosa, canción devocional islámica (ilaji), de Alfredo Ponce, basada en la alabanza conchera La divina providencia.
1. Sheij Nur Al-Anwar Al-Yerraji (Lex Hixon), Atom from the sun of knowledge (Westport, Pir Publications, 1993: 253). Trad. del inglés: Margarita Martínez Duarte.
2. Marc Anderson, Chris Gray, Steve Tibbets, A conversation with Chöying Drolma, en: Selwa (Six Degrees Records, 2004). Trad. del inglés: Margarita Martínez Duarte.
3. Ibid.
4. Sheij Nur Al-Anwar Al-Yerraji (Lex Hixon), Ibid.
5. Trad. del inglés: Margarita Martínez Duarte.
6. Producción: Working Title / Havoc, 1986. Dirección: Tim Robbins.
7. Entrevista con Alfredo Ponce, por Macuil Ponce (Julio, 2006).
8. Ibid.
9. Ibid.


Más sobre el III Foro de Música Tradicional y los Procesos de Globalización en:
www.feriadelibro.inah.gob.mx

sábado, 30 de junio de 2007

¡Gracias, IASPM 2007!

Aprendimos, compartimos, gozamos, trabajamos, celebramos y reflexionamos acerca de la música popular con docenas de personas provenientes de diversas regiones del planeta.

Presentamos una ponencia-recital con el título: "Preguntas y respuestas sobre los principios básicos de la fe: ejemplos de música y catecismo en las tradiciones judía, cristiana e islámica. (¿Y cómo sonaría un catecismo interreligioso para el siglo XXI?)"



Para saber más sobre lo que ocurrió en la Bienal de la Música Popular
consulta http://blog.iaspm-mx.com/
Inlcuye fotos, podcasts y archivos de audio.

domingo, 10 de junio de 2007

Bienal Internacional de la Música Popular

La Asociación Internacional para el Estudio de la Música
Popular organiza su 14ava. Bienal. La cita es en México,
Distrito Federal, en la Universidad Iberoamericana,
del 25 al 29 de junio.
Nana Yoyolo se presentará el jueves 28, en el aula
Agustín Reyes Ponce, a las 15:30 hrs.
Participaremos con una ponencia-recital sobre la música
popular devocional de las tradiciones semíticas y la
construcción de la identidad religiosa.

Más informes sobre la Bienal: www.iaspm-mx.com

viernes, 1 de junio de 2007

Preguntas y respuestas sobre los principios básicos de la fe. Música tradicional y catecismo en las tradiciones judía, cristiana e islámica

Preguntas y respuestas sobre los principios básicos de la fe. Ejemplos de música tradicional y catecismo en las tradiciones judía, cristiana e islámica. (¿Cómo sonaría un catecismo interreligioso para el siglo XXI?)

La Sabiduría es mutua; si no hay pregunta, no hay respuesta.
Estas son palabras de un amado maestro contemporáneo de la tradición sufí, el Sheij Nur Al-Anuar Al Yerraji.1 En ellas, la palabra sabiduría se refiere al conocimiento directo de la esencia de las cosas; a la posibilidad de tocar conscientemente la naturaleza verdadera del mundo, de la vida, del tiempo, de nuestra propia conciencia.
Las tradiciones sagradas de la humanidad enseñan que esta clase de conocimiento es una experiencia que se encuentra más allá de los límites artificiales del conocedor y lo conocido. De hecho, se enseña que este conocimiento conlleva la trascendencia de todos los límites propios del funcionamiento de la mente dual.
Según los versos del místico católico del siglo XVII, Angelus Silesius:
La sabiduría Eterna crece:
Yo seré el palacio
Cuando yo en la Sabiduría descanse
Y la Sabiduría descanse en mí. (2)

En este sentido, Sabiduría equivale a decir Iluminación, Despertar, Gnosis.

Cada una de las tradiciones sagradas de la humanidad ofrece un camino para asistir a los seres humanos en la búsqueda de esta clase de Sabiduría. Tales caminos conllevan acciones, con las cuales las personas persiguen y, al mismo tiempo, “practican” la experiencia de la realidad “tal como es”.3
Uno de los elementos omnipresentes en estas acciones, dentro de todas las tradiciones sagradas, sea como voz, sonido, ritmo, palabra, o como una combinación de todo ello, es la música. En palabras del músico y maestro del Islam, Hazrat Inayat Khan, esto es así, debido a que la música:
…alcanza a ir más allá que cualquier otra impresión
que provenga del mundo externo. La belleza de la música
radica en que la fuente de la Creación y la forma en que
ésta será reabsorbida son música. En otras palabras, el mundo fue
creado por medio de la música [sonido], y es por medio
de la música que será nuevamente devuelto a la fuente que
lo creó. (4)

Para participar en esta Decimocuarta Bienal de la Asociación Internacional para el Estudio de la Música Popular, hemos querido compartir la música que hacemos y una breve reflexión acerca de nuestra experiencia haciéndola. No somos investigadoras ni académicas. Juntas trabajamos como dueto creativo, con el nombre de Nana Yoyolo (“Madre de corazones”, en náhuatl). La música que nos apasiona hacer y compartir es la música popular que se conoce como sagrada o devocional.
Inscribimos nuestra participación en el área temática de la Bienal que persigue abordar los “significados de la música popular” y la construcción de las identidades, ya que quisimos explorar la forma en que la música popular sagrada puede cumplir la doble función de acompañar la formación de una identidad (la identidad “religiosa”, o exotérica) al tiempo que asiste en la de-formación, en el sentido más radical del término, de todas las identidades, es decir las identidades falsas o superpuestas a la única identidad verdadera.
¿Qué es lo que queremos decir con esto? Esperamos poder explicar --¡y sobre todo, cantar!--- lo que queremos decir, a continuación.

[Interpretación de ¿Cuál es El Uno?, canción popular, de origen sefaradí.]

Vamos a concentrar nuestra exploración de la música popular devocional en las tradiciones semíticas: el Judaísmo, el Cristianismo y el Islam. En estas tres tradiciones (o tres momentos, de una misma revelación profética) encontramos el uso repetido de formas musicales y poéticas cuyo eje es el diálogo; literalmente, preguntas y respuestas.
La canción popular de origen sefaradí que acabamos de interpretrar es un ejemplo de esta forma de diálogo musical que hace posible el conocimiento de los fundamentos de la religión. En esta canción, que hoy en día sigue cantándose, en distintas versiones, en las sinagogas de todo el mundo, se pregunta por los pilares de la fe judía. La primera pregunta, a la que se vuelve una y otra vez, es el eje: ¿Cuál es El Uno? Uno es El Creador… Dios, Barruj, es Lo Uno.
A partir de este principio recurrente de unicidad divina, se van desplegando en este canto las manifestaciones múltiples con las cuales los seres humanos podemos establecer una relación que nos acerque a Dios. Los profetas, la Paz sea con todos ellos: “nuestros padres”, Moisés y Aarón, “las madres de Israel”, y el profeta José, revelaciones vivas, encarnaciones humanas del mensaje divino. La mención de estos seres implica la mención de sus vidas terrenales, y en el conocimiento de éstas radica también el conocimiento de la propia historia comunitaria.
El canto menciona también la Ley Sagrada, 5 libros, 10 mandamientos, lo mismo que el tiempo sagrado: los días que transcurren antes de la milá, la circuncisión, el shabat, los días de la semana y, finalmente, el tiempo en el que se gesta la vida, los “nueve meses de la preñada”.
Existe un antiguo canto tradicional mexicano, del género devocional que se conoce como alabanza conchera, que quisiéramos compartir aquí. En muchos sentidos, se trata de una suerte de respuesta o continuación del canto sefaradí que ya escuchamos. ¿Una continuación del diálogo, tal vez con un par de siglos de diferencia? Esta alabanza conchera también se sigue cantando, hoy en día. Se le conoce con el nombre de Las Doce Verdades.

[Interpretación de Las Doce Verdades, alabanza conchera de la tradición mexicana.]
Nuevamente, en el canto que acabamos de escuchar, encontramos el desplazamiento de la unicidad a la multiplicidad, de ida y de vuelta, ahora dentro del universo revelado del cristianismo. La mención de los seres humanos que despliegan en sí mismos la totalidad de dicho universo: Jesús, María, José, los doce apóstoles, las once mil vírgenes, la Paz sea con ellos. Las leyes: “las tablas de Moisés”, los cuatro Evangelios, los Diez Mandamientos. El tiempo sagrado, ritual, en la mención de “los seis candelabros” (los que se colocan a cada lado de la cruz, detrás del altar, durante la celebración de las misas matutina y vespertina).
Además de todos los elementos presentes en este canto, que invitan a nuestros sentidos, incluso la memoria, a vincularse con la realidad exóterica de la revelación cristiana, en Las doce verdades, al igual que en ¿Cuál es El Uno?, animando desde el interior el canto mismo, está el conocimiento esotérico esencial de cada una de estas tradiciones. Este es el diálogo más íntimo, el espacio del alma preguntándose por sí misma, por su origen, por su destino, más allá de la multiplicidad de las formas.
Las puertas de la experiencia mística, en el canto sefaradí que interpretamos, pueden abrirse, por gracia divina, en el regreso reiterado a la pregunta por la identidad única. En ese vaivén de la conciencia, de lo múltiple a lo uno, preguntando por lo uno, se abre el espacio de la disolución de las formas apreciables con los sentidos y es posible llegar al centro, más allá de la ley y del rito. Otra puerta grandiosa que se ofrece al alma en este canto, son los nombres divinos revelados. Pronunciar estos nombres, así en el judaísmo como en tantas otras tradiciones sagradas, puede sintonizar al alma con la Verdad.
En el caso de la alabanza de Las Doce Verdades, la mayor luminosidad condensada podemos discernirla en la “séptima verdad”. El canto lo dice con la mayor simpleza: “la séptima son las siete palabras”.
Se conoce como “las siete palabras” a siete momentos, siete experiencias, siete enseñanzas místicas de Jesús, la paz sea con él. “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”, es la primera palabra. “En verdad, en verdad te digo: hoy estarás conmigo en el Paraíso”, es la segunda. “Mujer, he ahí a tu hijo; hijo, he ahí a tu madre”, es la tercera.5
Es imposible entrar por medio de la razón o del voluntarismo en el misterio que contienen estas experiencias, a las que tan sutilmente alude el canto. Estas “palabras” que están más allá de cualquier palabra, convocan al ser desde la esencia, y no desde la identificación con forma alguna. Llamada a descifrar el mensaje que yace en el interior, la mente se arroja al océano de los significados, y ahí se ahoga.

Hemos compartido, hasta aquí, nuestra interpretación de dos cantos tradicionales de las tradiciones judía-sefaradita y cristiana-conchera. Por último, queremos explorar con ustedes un ejemplo tomado de la poesía mística islámica, que también se basa en el diálogo, en la forma de preguntas y respuestas.
Esta es la voz de uno de los místicos más conocidos de la humanidad, traducido a numerosísimos idiomas, amado por seres de todas las culturas del planeta. Se trata de Yelaluddin Rumi, mejor conocido como Mevlana, que quiere decir “Maestro”, en el idioma turco. Precisamente el año 2007, año en que se cumplen ocho siglos de su nacimiento, ha sido declarado por la UNESCO el año de Mevlana. Esto nada más, es suficiente para darnos una idea de la vigencia de la enseñanza que no ha cesado de transmitirse desde el siglo XIII, a través de este Maestro, para el corazón de toda humanidad.
Para nosotras, acercarnos a la poesía de Mevlana, la Paz sea con él, y tratar de celebrarla, cantándola, ha significado encontrar las palabras exactas para describir el Amor, en todos los niveles posibles.

[Interpretación de “Quién eres…”, canción original de nana Yoyolo, basada en los versos del Divan, Furuzanfar #436, de Mevlana Yelaluddin Rumi.]

Este diálogo se caracteriza por preguntar y responder acerca de la Verdad misma. El conocimiento que se describe aquí, no es el de la forma ni el de la ley sagrada, sino el conocimiento directo, “la perla de la experiencia interior”, 6 que se obtiene por gracia divina.
Los versos de Mevlana continúan diciendo:
--- ¿Dónde estás a salvo?
--- En la abstinencia y en la conciencia pura de Al-lah.
--- ¿Qué es la abstinencia?
---Yo dije: El camino de la paz.
--- ¿Dónde está la catástrofe?
--- En la calle de Tu amor.
--- ¿Cómo viajas hasta allí?
--- Con integridad.
Silencio. Si dijera más,
desaparecerías por completo,
te quedarías sin puerta y sin techo.7

Una manera de entender esa puerta y ese techo, es como metáfora para el ego y para todas las identificaciones que de él se desprenden.

¿Por qué nos ocupamos de esta música, en esta época? Para nosotras, es ahora y en este lugar, cuando se nos bombardea por todos lados sobre las diferencias entre unos y otros, blancos, negros, latinos, europeos, judíos, musulmanes, budistas, etcétera, que es más importante entender que esencialmente todas estas diferencias no existen. La música popular, precisamente en este momento de la evolución de la cultura, en el que las expresiones se comparten más velozmente que nunca, más allá de las distancias físicas, culturales o ideológicas, es el sitio perfecto para experimentar, como una sola humanidad, la disolución de todas las fronteras artificiales.
Agradecemos a los organizadores de esta Bienal por permitirnos este espacio para compartir nuestra visión.




Notas:
1. El Sheij Nur Al-Anuar Al Yerraji, también conocido como Lex Hixon, es un practicante, maestro y autor en varias tradiciones sagradas. Algunas de sus obras más famosas son: Living Buddha Zen (Nueva York: Larson, 1995); Great Swan: meetings with Ramakrishna (Nueva York: Larson, 1992); Atom from the sun of knowledge (Westport: Pir, 1993); Recolección de la miel (México: Orden sufi Halveti Yerraji de México, 1989).
2. Angelus Silesius (1624-1677). Nacido en una familia protestante, a los 29 años de edad se convirtió al catolicismo. Su obra poética se titula El vagabundo querubínico.
La presente traducción es nuestra, a partir de la versión en inglés de Willard Trask, en Music of the sky: An anthology of spiritual poetry (Bloomington: World wisdom, 2004).
3. Esta es una formulación propia del universo espiritual del budismo, que se utiliza para describir un estado de despertar pleno.
4. The mysticism of sound and music: the sufi teaching of Hazrat Inayat Khan (Boston: Shambhala, 1996: 4.)
5. Los sagrados evangelios enseñan que la cuarta palabra es: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”. La quinta: “Tengo sed”. La sexta: “Todo está cumplido”. La séptima: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”.
6. Masnavi V, 3240-3241. La traducción es nuestra, a partir de la versión en inglés de Kabir y Camilla Helminski, en: The Rumi collection (Boston: Shambhala Classics, 1999).
7. Ibidem.